Tener un fondo de emergencia es parte del secreto en las finanzas personales y es necesario por varios motivos. Primero, porque nunca sabemos si nos ocurrirá algún imprevisto que requiera hacer gastos impensados, como reparar algún artefacto importante del hogar. Segundo, porque ahorrar nos permitirá cumplir objetivos importantes que tengamos, como comprar un vehículo, hacer un viaje o algún curso de capacitación profesional.
¿Qué es un fondo de emergencia?
Un fondo de emergencia o colchón de ahorro es una cantidad de plata que debemos separar de nuestras finanzas personales con el objetivo de resguardarnos ante un imprevisto. Por ejemplo la pérdida de empleo, la caída en las ventas de nuestros productos o servicios, un tema de salud personal o familiar, etc. Un fondo de emergencia nos va a permitir hacerle frente a cada situación, pudiendo evitar desestabilizar nuestra economía o tener que endeudarnos para resolverlo.
En el caso de que vivamos alguna eventualidad, es importante estar preparado con un fondo de emergencia. Si llegamos a perder nuestro empleo, necesitaremos contar con un fondo de más o menos 3 meses para poder hacer frente a nuestros gastos mientras buscamos un nuevo trabajo. Si se nos llega a romper la moto que usamos para trabajar, es importante tener un fondo de emergencia para poder arreglarla.
Además de resguardarnos ante posibles escenarios inciertos, tener un fondo de emergencia es importante en términos de progreso personal. Si bien a veces puede ser difícil postergar un consumo hoy para hacerlo mañana, suele traernos beneficios en el largo plazo. Por ejemplo, podemos empezar a ahorrar para, a futuro, adquirir con ese ahorro una tecnología que mejore nuestro trabajo.
Empecemos a llenar el fondo de emergencia
Un punto clave para tener un fondo de emergencia es ser disciplinado con nuestros gastos y respetar la pauta de ahorro que nos propusimos. Es importante no desesperarnos en querer llenarlo rápido, ya que es una meta financiera que lleva tiempo.
La forma ideal de llenar nuestro fondo de emergencia es destinar, mes a mes, un porcentaje de al menos el 10% de nuestros ingresos. Siguiendo con ese ejemplo, nuestros gastos deberán alinearse en función de ese 10%. Esto puede incluir ajustar un poco determinados consumos, como comer seguido afuera, comprar menos ropa, o retrasar el recambio del celular si el nuestro todavía nos sirve.
Resguardo de la plata
Lo primero que tenemos que hacer con nuestro fondo de emergencia es protegerlo físicamente. Si bien algunos le dicen “colchón de ahorro”, para nada es una buena idea dejarlo debajo de la cama. Tenemos que resguardarlo en lugares seguros, como billeteras virtuales, cajas de seguridad o cuentas bancarias. La velocidad con la que accedemos a nuestra plata se llama liquidez y significa que al momento de necesitarla no tengamos ninguna demora y podamos utilizarlo todo.
También es importante proteger nuestro fondo de emergencia de la inflación. Una forma de despertar nuestra plata del colchón es con un fondo común de inversión.