Te contamos qué es un seguro, qué es una asistencia, en qué se diferencian y toda la información que tienes que saber antes de contratarlos
¿Qué es un seguro?
Si vamos a una definición más “formal”, podemos decir que un seguro es un contrato que reduce la incertidumbre sobre el futuro y te protege si ocurre un siniestro, es decir un hecho que no esperas ni deseaste.
Pero veámoslo con otras palabras:
Casi todas las situaciones de la vida tienen algún riesgo. Siempre existe la posibilidad de que por azar ocurra un evento, futuro e incierto, que te cause consecuencias dañinas. Puede ser una enfermedad, un robo, un accidente con tu vehículo, la pérdida de empleo de forma involuntaria, etc.
Así, ante esa probabilidad de sufrir un daño personal o material, puedes contratar un seguro y protegerte.
Hay seguros para todo tipo de riesgos. Tomemos el caso de uno de los más conocidos: el seguro de celular. Si te roban el celular y estás asegurado contra eso, el seguro te paga una suma de plata según la cobertura que hayas elegido.
Con un seguro, pagas una pequeña cantidad de plata mensual (llamada prima) y le transfieres el riesgo a una aseguradora, como se conocen a las empresas que brindan este servicio. En caso de que suceda un evento cubierto en el contrato del seguro, la aseguradora lo analiza y te paga, evitando tener que desembolsar un monto mucho mayor para hacerle frente.
En Colombia el mercado de seguros está regulado y supervisado por la Superintendencia Financiera . Este ente tiene como función proteger los derechos de los asegurados con esquemas de controles transparentes y eficaces.
¿Cómo contrato un seguro?
Para poder estar asegurado es necesario un contrato, también llamado Póliza de Seguros. A través del pago de una prima te garantizarán el servicio cuando sea necesario.
La póliza de seguro contiene detalles sobre las condiciones y circunstancias bajo las cuales la aseguradora te pagará el monto del seguro.
El contrato es consensual. Es decir, que los derechos y obligaciones son recíprocos para ambas partes. Tú como asegurado estás obligado a pagar la prima cada vez que sea necesario. La aseguradora está obligada a asumir el riesgo y hacerse cargo de sus consecuencias en caso de que, finalmente, llegue a ocurrir el siniestro.
El contrato de seguro puede tener por objeto toda clase de riesgos y la aseguradora puede indemnizarte a través de un capital, una renta o la prestación de un servicio.
¿Por qué podrías considerar contratar un Seguro?
Porque como ya dijimos, casi todas las situaciones que tenemos que afrontar en la vida llevan asociadas la posible aparición de algún imprevisto. Los seguros son un medio eficaz para protegerte frente a las consecuencias que generan esos imprevistos. Por eso, estar asegurado te brinda previsibilidad y estabilidad financiera en tu economía personal y familiar.
A veces es preferible y más conveniente abonar una pequeña cantidad de plata (prima) antes de arriesgarte a sufrir una gran pérdida. De esta manera, podremos contar con fondos para reparar, sustituir o compensar la pérdida, daño material o físico recibido por un hecho inesperado (siniestro).
Además, según el Banco Mundial, los Seguros son una herramienta importante y necesaria para lograr la Inclusión Financiera, junto a Pagos, Ahorros y Crédito. Gracias a los seguros, las personas (físicas y jurídicas) pueden gestionar sus riesgos y sortear crisis financieras, mejorando su calidad general de vida.
Y entonces, ¿qué es una Asistencia?
Las asistencias prestan servicios determinados ante alguna emergencia, mantenimiento, urgencia o un inconveniente cotidiano. Por ejemplo, si se rompió la cerradura en tu casa y no puedes entrar, puedes contar con la asistencia de un profesional a domicilio para solucionar el imprevisto. Si quieres empezar el nutricionista y no sabes por dónde arrancar, una asistencia de salud te puede contactar con un profesional recomendado virtual. También si tu mascota se siente mal, puedes contactarte 24×7 y obtener atención y guía.
Mientras que un seguro te ayuda cuando ya pasó algo malo (el siniestro), la asistencia te va a ayudar a resolver tu necesidad en el momento. La puedes usar cuando quieras y eso es súper positivo.
Otra diferencia es que el seguro es indemnizatorio, mientras que la asistencia es prestacional. ¿Qué significa esto? Que el seguro te da plata (te indemniza) para compensar un evento negativo. Y la asistencia te presta servicios que te ayudan en algún aspecto. Por eso puedes escuchar que existen Seguros de Hogar y Asistencias de Hogar, porque lo que brindan es diferente.
¿Por qué contratarías una Asistencias?
La asistencia te permite contactar una red de profesionales recomendados y servicios prepagos o con descuento, que puedes usar siempre y tienen garantía. Por ejemplo, hay asistencias de mascotas que te dan descuento en compra de alimento o asistencias de hogar que te ayudan con el mantenimiento del aire acondicionado. También puedes tener reintegros de medicamentos, consultas médicas virtuales y hasta personal trainer virtual si tienes una asistencia de salud.
¡A la asistencia, cuanto más la usas, más jugo le sacas!
Consejos útiles
En primer lugar, te recomendamos que tengas muy en claro qué es lo que quieres asegurar o para qué quieres estar asistido.
Otro punto importante es conocer cuánta plata dispones y cuánto estás dispuesto a asegurar. Ten en cuenta que cuanto mayor riesgo quieras cubrir, mayor será el precio que tendrás que pagar para tener un seguro. Y cuantos más servicios quieras, mayor el valor de la asistencia. Te aconsejamos comparar al menos tres alternativas de seguros o asistencias para decidir con mayor facilidad la que se ajusta mejor a tus necesidades.
Por último, está bueno que guardes toda la documentación relativa al producto que hayas contratado. En caso de tener que hacer uso del mismo, vas a tener bien en claro todas las garantías que puedes reclamar o los servicios disponibles. Para seguros, ten en cuenta que si una compañía, te está cobrando una póliza que no solicitaste, te rechaza un siniestro o no se comporta como esperas, puedes hacer consultas o denuncias en la Superintendencia Financiera.